Aún recuerdo la primera vez que te vi, hermosa —como siempre—, y en un instante, me atrapaste.
Recuerdo nuestro primer beso, los nervios temblando en mis labios, como si el mundo se hiciera pequeño y sólo quedáramos tú y yo. Quise encerrar aquel instante, guardar el latido, el roce, la magia.
Desde entonces, no hay un solo díaen que no vivas en mi pensamiento,como un susurro constante, como un sueño que se niega a partir.
Me enamoré de ti y mi corazón te pertenece.