Porque la versión de la que estaba enamorada ya no existe,
y eso está bien,
es suficiente razón para no volver a amarte.
Te fuiste sin moverte,
te borraste sin despedida,
y yo me quedé abrazando un fantasma
que ya no responde a mi nombre.
No eres el mismo,
y yo tampoco quiero ser la mujer
que se arrastra detrás de lo que ya no respira.
Te amé en esa versión,
en ese instante exacto en que creí
que el amor era eterno,
pero eras mortal
y yo también.
Así que no,
no quiero volver a amarte,
porque ese tú ya murió
y no pienso enterrarme contigo.