El día menos pensado
por Wcelogan
El día menos pensado
bordó con hilos de sombra y luz
una barca anclada en el río de los que aguardan,
donde los sueños se hunden… o se salvan.
Sin aviso ni señal,
sin calendario que lo dictara,
el azar —con manos de niño y ojos viejos—
trazó un mapa invisible en la palma de la noche.
(No fue casualidad, susurra el viento)
(Fue pacto antiguo, murmura el río)
Ese día,
el universo se desdobló como un pañuelo de seda,
y en su pliegue más secreto
guardaba la llave que abre todas las puertas.
Tembló el silencio
ante la voz dulce del amor,
que huele a lluvia recién caída.
Las estrellas, cómplices calladas,
tejieron una red de luz
para atrapar dos miradas errantes,
sin brújula ni norte.
Un dios travieso,
desde su trono invisible,
sonrió, puso en órbita palabras tiernas
y empujó con suavidad los cuerpos perdidos
hasta que sus sombras se rozaron.
En ese instante,
la eternidad se cerró como flor de un suspiro,
y el tiempo —acostumbrado a su lento desfile—
quedó suspendido, fascinado,
como un pájaro en vuelo extasiado.
Dos almas que ignoraban su nombre
sintieron que la espera cesaba,
que azar y destino
son amantes que bailan en secreto
una melodía antigua
que solo el corazón escucha.