NOCTURNO LXII
Me esperaba sedienta
su desnuda pradera
como luna en la noche
como fuego en la cera.
Y brillaban sus ojos
De mil brasa y manera
Su apretado regazo
Tan desnuda y serena.
En un basto silencio
de sábanas de seda,
sentía que me amaba
cada noche cualquiera.
Decía sin palabras
Hablaban sus caderas.
Enamoraba mi alma
con su piel de azucena.
Con sus besos de nacar,
Manos de olas y arena.
Dulce es su fuego de amor,
Y dejaba su estela
Tan llena de pasión ,
Mi hermosa y tan bella.
Para adorarla siempre
A mi lucero y estrella
Dueña en todas mis noches
mi cuerpo y alma la esperan
Con la sed de sus besos
Con la sed de que vuelvan
Aquellas noches de amor
mi luz en las tinieblas
La luna de mis noches
mi brasa y mi cadena
Poeta y Escritor:
© jorgephilippon.🇨🇺
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