Que diera por conocer
los mundos que visitaste
los cuales busco contarles
con un lápiz y un papel.
Mundos lejanos,distantes
si es que existen de verdad,
ya que mi mente no da
alcanzar tales paisajes.
Me hablaste de uno diminuto
donde reinaba el silencio
y había un río sereno
cuyo brillo era impoluto.
Las almas allí bailaban
como abejas al volar
y la paz con la piedad
de la mano caminaban.
Era un niño cautivado
por los cuentos de tus mundos
que hacían parecer burdos
mis versos mejor logrados.
Uno me marcó la infancia
con varias épicas luchas.
Entre ellas la del recluta
y su entrega por la patria.
Dicen que se entregó en vano
como otros tantos sin nombre
en aras de gente pobre:
instrumentos de tiranos.
Recuerdo que me contaste
de aquel monstruo vil, deforme
que azotaba todo un bosque
con aullidos penetrantes.
Los residentes se armaron
y fueron a darle caza...
Nunca volvieron a casa
y a sus cuerpos nunca hallaron.
Tales historias quedaban
sumidas en mi inconsciente,
y en las noches, como suele
con tus historias soñaba...
Pero el tiempo y sus agujas
fueron pinchando los globos,
y de esos cuentos, ya todos
se esfuman entre las brumas .
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