Se subió a un gomón
pero en sus cuentos
que leyó fue
su transatlántico.
Al llegar a la orilla,
su peludo se sacudió,
movió la cola y
alegremente caminaron
con el bote colgado
del brazo.
Felices los dos
contaron todas
las hazañas que
habían vivido
arriba del gomón
(rosi12)