Edwin Acosta Pena

Frente a la chimenea.

En tí caben todos mis poemas,

desde que empecé a quererte 

hasta la última gota de mar.

Eres mi tintero interminable,

mi lienzo de madrugada,

mi canción por cantar 

y mi pasillo por andar…

También eres mi libro hechizado 

que no terminaré de leer,

la brisa fría de bruma salada,

los copos de nieve que caen lento 

en nuestro camino soñado…

Te tengo frente a una chimenea 

y tu silencio duerme conmigo;

entonces, el misterio del amor 

desciende interminable 

para nuestras miradas inmóviles,

que parecen de nunca acabar.

©.