Eusebio Gonzalez

La Puerta Abierta

La Puerta Abierta
(Poema sobre la libertad y el origen del mal)

La mentira nació en los labios del libre,
por la puerta sagrada que Dios no cerró.
Y por ella también se coló el abismo,
pues la serpiente mintió... y la mujer creyó.

No fue el error de un programa caído,
ni un fallo casual de la evolución;
fue la voluntad sin guía ni templo,
que abrazó el engaño como bendición.

El dragón antiguo, con lengua torcida,
torció la Palabra que al alma da vida.
Y así, por la grieta que da la elección,
entró el desorden, la falsa razón.

Los hombres tomaron la pluma y el sello
y escribieron sombras disfrazadas de luz.
Los “protocolos” de sabios sin cielo
confundieron al mundo... y negaron la cruz.

Filosofías vacías, ciencia sin alma,
teologías sin fuego ni altar,
alineadas con redes ocultas y frías
que venden verdades con precio y lugar.

Y el pueblo, cansado de tanta rutina,
se duerme en pantallas, en rezos sin fe.
Camina en la bruma del día sin guía,
con hambre de algo que no sabe qué es.

La verdad no se halla en discursos ni libros,
ni en templos de mármol, ni en oro bruñido.
Fue erradicada del mundo sin guerra,
pero aún vive en los justos... como semilla en la tierra.

La paz ya no mora en los tronos del hombre,
ni en pactos vacíos ni en himnos de ley.
La paz es destierro del Reino invisible,
un don que no compra ni sabe el rey.

Mas no todo está muerto, ni todo perdido,
pues hay corazones que aún son testigos.
Y mientras resistan al soplo del mal,
el Verbo los cubre con su eternidad.