Janina, cuando ya habían
pasado algunos meses.
Se le veía moritificada,
angustiada...
Aunque en su trabajo
no decía una palabra.
Nunca le había ayudado
exteriorizar sus problemas.
Por el contrario, caía
en un círculo vicioso
de negatividad..
Sabía que hasta los mejores
amigos bien intencionados,
todos tenían un grado
de morbosidad, peligroso
para la fragilidad
emocional de ella...
Siguió prendiendo velas
y una tarde, el perro ladró.
Reconoció su ladrido de
quien lo había conocido
antes....
Era su hijo, quiso darle
una sorpresa a su madre-
A Janina se le explotó
el corazón de alegría.
Sabía que algún día
volvería su hijo.
Por un poco tiempo,
solo para abrazarla y
decirle nuevamente adiós.
El pueblo no era un
lugar para él.
(rosi12)