¿Para qué voy a volver a empezar?
Si aún no consigo soltar el pesar.
Ese amarre que no me deja andar,
Quizá es la excusa para no mirar.
Al reflejo gris del perdedor que soy,
Ese inútil sin rumbo, sin motor.
Se estanca y no hace nada al respecto,
Se conforma con mirar el desierto.
Ya no quiero tenerlo más aquí,
¡Ya me rompí por cargarlo en mí!
Me quebré tanto que perdí mi centro,
Quedaron algunos muros en pie dentro.
Todo lo que el dolor me enseñó
Se tatuó en mi piel como el ardor,
De no querer volver a comenzar,
Ni caer otra vez en el lugar.
Esa piedra que evito mirar,
Hoy la enfrento, la quiero nombrar.
Porque vivir no es solo aprender,
También errar y volver a entender:
Estoy viviendo, algo que pocos pueden decir.