¡Ay, cuerpo de belleza!
prendida de tu presencia mi mirada,
bajo el ojo de la luna,
hagamos esta película recién ahora...
Venga, vente ya,
y vayamos a abrir la noche toda,
encendiendo una vela,
para que todo comience ahora...
Deshazte de la ropa,
y muéstrate ante mí verdadera,
muchacha pura,
para que no se lamente mi ansía...
¡Oh, qué bella que estás!
con tu silueta virgen de recién lavada,
en corazón y en alma,
concédeme una esquina de tu boca...