Hoy me senté a escribirte sin tener del todo claro por qué te amo tanto… y tal vez por eso mismo lo hago. Porque no necesito una razón, porque amarte se ha vuelto algo natural, como respirar, como el agua para vivir. Te pienso a cada rato, en los momentos tranquilos, en los días complicados, y sobre todo en las noches cuando más me haces falta.
A veces pasan muchos días sin vernos, sin poder tocarnos, sin poder sentir el calor de nuestros cuerpos, y eso me da duro… me hace falta estar a tu lado, sentir tu olor, tu piel, hasta tus silencios. Porque incluso cuando no hablamos, te siento presente. Pero confieso que hay momentos en los que me pesa la distancia, cuando hablamos y siento en algunos momentos conversaciones algo frías, como si estuviéramos lejos no solo en distancia sino en alma. Me duele cuando me dices que ya me llamás y no lo hacés… y no porque te esté contando los minutos ni esperando como loco al lado del teléfono, sino porque me ilusiona tu voz, verte sonreír , porque me haces falta, porque eres parte ya de mi vida.
Sé que estás llena de cosas, que el trabajo te tiene agotada, y que no siempre es fácil para ti. Lo entiendo, créeme que sí. Y por eso muchas veces me aguanto de decirte cosas que me incomodan o que me duelen. Porque prefiero acompañarte en silencio que llenarte de más presión. Pero también quiero que sepas que yo estoy aquí, firme, presente, comprometido, con todas las ganas de que lo nuestro no solo siga, sino que crezca, que se vuelva futuro, que se vuelva hogar.
Hemos pasado por discusiones, por momentos difíciles, por distancias que a veces nos enfrían un poco. Pero aún así, cada vez que cierro los ojos, estás tú. Cada vez que me pregunto si vale la pena, la respuesta siempre eres tú. No tengo dudas del amor que siento. Lo que sí tengo, es una necesidad tremenda de empezar a materializar lo que sentimos. Quiero encontrar la forma, Esposita, de que estemos juntos de verdad. Que nuestro compromiso deje de ser solo palabras y se convierta en hechos, en planes, en realidad.
Te amo con una mezcla de ternura y deseo, con pasión y paciencia, con fuego y con calma. No soy perfecto, tú tampoco, pero lo que tenemos es algo muy real. Por eso te escribo hoy, para que lo sepas, para que no lo olvides, para que te quede claro que aquí estoy, que te amo, y que te pienso con el alma entera.
JFAS 24-07-2025