Desde donde alcanzo a sentir y pensar,
hay dos seres imposibles de abarcar con el entendimiento:
a Dios… y al suicida.
Tal vez el segundo vio lo que los demás no llegamos a rozar ni en sueños.
Comprendió al primero, y por eso su decisión…
Tal vez no vio nada, y por eso se marchó.
¿Quién se queda en un espectáculo que va camino al fracaso?
Pero de eso, quién sabe.
Hasta el momento, no represento a ninguno de los dos.