Extraer del agua toda su sabiduría
serena; también el reflejo
adormilado de esos bailes que las
fatigadas estrellas dibujan, cada noche,
con sus distancias, sobre el espejo
que tejen las olas con su inocencia.
Así, llegaremos, algún día, a disfrutar
navegando acompañados por su silencio.