Anochece en altamar
y la bruma te envuelve
un instante en la dulzura
y después no serás más un hombre
Lo que escucho adentro tuyo
me condiciona sin razón
ya no gires tu mirada,
abrázame en tu existir
amor de piel de durazno, a contraluz
Toda la lluvia me bebió,
yo sé que escuchás como el mar
que te ahoga en su lágrima delirante
no te apures sin razón,
si pensás de más solo te hundirás
No sé si algún día
llegaré hasta tu estrella
tanta luz nos puede enceguecer
a mitad del cielo,
puntos fugaces
y videncias de paisajes puros
Silencio ensoñador,
eterno maniquí del amor
esta tierra es fuego oscuro,
y ya no sentiré el vacío de tu amor
me pregunto si siempre volverás
en diferentes cuerpos
El tiempo quiebra la distancia,
con el peso de tu cuerpo
y no sé quien está
del otro lado del espejo,
no sé si ríe o si llora
cuando se queme este telón,
entenderás el movimiento del destino como un río imaginario
Me veo a través de tí,
queda un pacto más atrás
con la ternura de tu alma,
yo sabré desdoblarme
estamos solos en esta eterna
madriguera soñando lo que sueñan
las almas,
sintiendo su tortura y su fe
Lo demás no importa,
es absurdo sin la visión de tu corazón
en una pequeña vasija egipcia
la lluvia deja su fruto
el tiempo refleja aquí sus dibujos
Es como si siempre estás
ansiando una flor
cruzando puentes, vistiendo vidas...