DÓNDE DUELE EL ALMA
Hay un lugar donde nadie nos mira,
donde el llanto no suena, pero arde,
donde el alma, desnuda, se retira
a curarse sin fe... y sin alarde.
Allí guardo mi infancia que no vuelve,
las palabras que nunca pronuncié,
el amor que fingí porque me duele
querer de verdad… y no saber qué.
A veces me habito con miedo y sin nombre,
me abrazo a mí mismo como un extraño,
soy humano: un fulgor que se esconde,
una sed que envejece año tras año.
He vivido cargando lo que no dije,
con el alma callada y los ojos llenos,
hay verdades que muerden si las elige
quien aprendió a vivir con sus venenos.
No busco consuelo ni redención,
solo que alguien, al leer, comprenda
que hay días en que el corazón
tiembla en su propia leyenda.
© Corazón Bardo