Es la luna esa cómplice
de muchas noches de amor,
de enfebrecida pasión
y de caricias, derroche;
y tú bien sabes en dónde
mi corazón se quebró.
pues se acercó un bello sol
que resultó ser de cobre;
hoy que me siento feliz
me recuerdas ese ayer
con esa luz de cristal;
solo, yo brindo por ti
por aquello que ya fue:
las consecuencias de amar...