Pagaste mis desatinos
con treinta monedas justas
ya probé tu hiel injusta,
ya probé el cruel destino.
Ya me diste una patada
me trataste como a un perro
se cerró en mi tu cerco
y me tendiste una trampa.
Nada espero de tu risa
nada espero de tu amor
y donde hubo gran pasión
solo queda escarcha fría.
Y entre rosas con espinas
me enterraste vivo en vida
y entre lisonjas y risas
me clavaste la puntilla.
Ya me voy como ese perro
con el rabo entre las piernas
ya me piro pal infierno
entre llantos y miserias.
“Lo nuestro duró… lo que duran dos peces de hielo en un wiskhy on the rocks”