Estuve viviendo
y esperando que el destino
me tomara de la mano
y me llevara a sus confines.
Experimentar allí,
La realidad pura:
esa que abre los ojos
y el corazón…
Intente unos días
no estar mediatizado
por la incidencia subjetiva
de mis sentidos.
Tuve la oportunidad
de tomar el ala del viento,
dejarme llevar,
y no seguir atrapado.
Negando mis circunstancias
aquella que me rodea,
que está marcada
por las dudas extrañas.
Todas sobre un pasado
que porfiadamente,
buscaba redimirse
y dejar atrás, al hombre que fui.