Cuando el cielo se rompe
Esta noche, la luna se desangra,
y el frio penetra mis huesos como lanzas.
Yo espero…
como esperan los moribundos su llamado,
como esperan las flores el rocío.
Las nubes descienden, lentas, sombrías,
a cubrir este cielo que despierta con mi llanto,
y las estrellas titilan a lo lejos,
inmersas en la inmensidad del cielo.
¡Oh noche invernal y sin abrigo!
¡Oh vendaval que hiere mis costillas!
¿Cuándo vendrá mi ayuda, destino incierto,
si mi alma se paraliza como arcilla?
Si el dolor del alma no se ve, ¿quién me auxilia?
Si el grito es mudo, ¿quién lo escucha?
¡He cargado mi dolor como una piedra en la espalda,
y no hay bálsamo ni cruz que lo detenga!
Pero no…
No moriré entre los gladiolos del olvido.
He de renacer como un ave de las cenizas,
he de romper las cadenas que me atan,
y miraré hacia arriba, con la fe puesta en el cielo.
Porque soy llama, soy volcán, soy carne y hueso,
pero también soy alma que clama…
y no se vence.
Autor: Fabio Bohórquez Rodríguez.
Registro No. 13-951-204.*
Dirección nacional de derechos de autor.