Honro en silencio mi dulce tormento,
Anclado estoy a un delirio honesto,
Pensando cuándo llegará mi momento,
El que mi alma fervorosa ha dispuesto.
Fuiste mía, sí, aún lo recuerdo,
Dicha inmensa que el miedo apartó,
Mira en quién me he convertido,
Luz que nace donde el dolor cesó.
Me hallé entre ramas de frío silicio,
El cosmos me abraza en su beneficio,
Los sueños tejen mi nueva historia,
Yo sí perduraré en la memoria.
Los escombros de quien fui cayeron,
Las voces falsas ya enmudecieron,
El viento perdido al fin sopló,
Y nueva vela mi rumbo guió.