Temo a lo invisible,
a que me sorprenda la caja del aire,
a que la vida se acabe...
Más temo a lo que se esconde,
a lo que no responde,
a que tal vez pueda morir de hambre...
A lo que en mi vive,
asfixiado, comprimido y creciente,
con miedo a que explote...
Temo al cobarde
que busca la espalda del fuerte
hasta su muerte...
Temo a la incertidumbre,
pero nunca aceptaré la mierda de nadie
aunque muera en la calle...