Musa desvanecida:
oye mi voz, en fuego
amoroso encendida.
Oye cómo me entrego
a tu amistad perdida,
pues me dejaste ciego
apenas fui por tu luz alumbrado,
¡oh, musa que de mí te has alejado!
A tu sombra distante,
fuego desvanecido,
te sigo, siendo amante
en tu amistad perdido.
¡Oh, brillo del diamante
que en luces dividido
a la distancia alejado se parte,
esquivo, delicado y lleno de arte!