Dunia de los Ángeles
Donde el amor comienza su dulce melodía,
en tus silencios, Dunia, habita la calma mía.
Aquella que mi alma siempre ansió sin fin,
en cada gesto tuyo, florece un jardín.
Un mundo que solo tú y yo podemos ver,
un universo íntimo, de puro amanecer.
Eres refugio y tempestad, en tu ser me encuentro,
el verso que no sabía escribir, mi más hondo lamento,
hoy lo recito, Dunia, con el corazón latente,
palabras verdaderas, un amor que es presente.
Tus manos, de caricias, certezas me dibujan,
en mi piel temblorosa, donde las ansias flujan.
Y tu voz, dulce susurro, que en mi oído se posa,
convierte lo cotidiano en mágica prosa.
Cada instante a tu lado, se vuelve celestial,
un toque de tu esencia, un eco inmortal.
Si esto no es amor, que el tiempo se detenga ya,
que este instante eterno, por siempre nos envuelva.
Porque no quiero un futuro donde no estés tú,
mi presente eres, Dunia, mi más hermosa luz.
En cada palpitar, en cada amanecer,
mi amor por ti, Dunia, jamás dejará de ser.