Me gustaría callar en tus besos,
olvidar las palabras, los excesos,
y hablarte en caricias, en calma, en abrigo,
dejando que el alma te hable contigo.
Perderme en tu boca, sin prisa, sin miedo,
sentir que el silencio es un dulce enredo,
que todo lo dice, que todo lo explica
cuando tu mirada la mía salpica.
Susurrarte al oído cuánto me encantas,
decirte bajito lo que tú levantas
en mi pecho, en mis días, en mi pensamiento,
con solo mirarte, detengo el momento.
Y ojalá pudieras ver por mis ojos
cómo se alegran al verte, sin enojos,
cómo se encienden al verte llegar,
como si el mundo volviera a empezar.
No quiero promesas, ni largos discursos,
tan solo tu piel, tus gestos, tus cursos.
Callar en tu risa, vivir en tu abrigo,
y hablarte en el alma… quedándome contigo.