Palpar agua corriendo debajo de un río a veces sangriento a veces infectado a veces melancólico.
Cosiendo punto por punto,
lavando las manchas, sacándose el velo que tanto tiempo lo había angustiado.
Secándose la angustia, tiempo después que lo habían velado.
Y todo atravesado,mezclado, sinfín de pieles se relamen en gritos.
Llantos esperados y desesperados.
Al final la meta era una sola
borrar de un saque las hojas de otoño pegadas al cuerpo,
pegadas a los cuerpos alienados inertes
que solo pretenden seguir adelante en esta lucha llamada vida
y llamada muerte.