Yo no quise poner en tu frente,
Una corona de blancos azahares,
Para evitar que llevaras después,
Una dolorosa corona de espinas.
Recordando, llorando y penando,
Así queda el corazón, al romperse,
Callado, en silencio, sigue esperando
Por si algún día vuelve, la que se fue.
No debí hablarte siquiera. Lo sé,
Pero tú y yo éramos amigos,
Mas yo no buscaba un nuevo amor;
Yo sólo quería conversar, hablar.
Y hablando contigo olvidaba las penas,
Los sufrimientos en el alma cargada,
Volví a reír y a sentirme feliz, creo,
¡Pero no la olvidaba y, en ti pensaba!
Tù dijiste que me amabas, perdòna,
Pero yo no podía corresponder así,
Con un amor a mitad, no lo merecías
Hubiera sido para los dos, un martirio…
Por eso con la verdad, puse distancia,
Entre tú y mi tristeza, para salvarte
De este calvario en el cual vivo,
Porque vida y alegría, perecen en mí.
Delalma
09/04/2020