JAGC

SON LAS NUEVE

Son las nueve, la mañana  asoma, casi clandestinamente, por  la persiana blanquecina  de mi cuarto. Sentado en el escritorio miro estas páginas leyendo mis escritos. ¿ Qué será de ellos .? Lo más probable es que se tiren, cualquier día, en una bolsa de basura fétida. …. ¡ Qué triste ¡  …  En estas líneas mi vida, este deambular camino de cualquier parte, se ha hecho recuerdo escrito. Pero vivir es así: recordar y olvidar, amar y odiar, vivir y morir  …   tener y perder. Ahora tengo, amo, vivo …. mañana tal vez pierda, olvide, odie o muera. ¿ Qué perdurará de mi .? Quién sabe, acaso un recuerdo que se apagará con el soplido del transcurrir del tiempo, una fotografía expuesta tras unos años y nada más. En un cementerio una impersonal lápida recogerá mi nombre y dos días distantes: mi principio y mi final. El cuerpo se pudrirá, pero mi alma, este alma enamorada, triste, melancólica …. ¿dónde irá ?

La mañana sigue entrando, clandestinamente, en mi cuarto y la tristeza, esta compañera solícita, ha despertado y me arrebuja con su cuerpo; el reloj ha gritado diez campanadas y  mi corazón, como cada mañana, ha despertado con el recuerdo impoluto de la mujer que amo. El verano  camina a mi lado y la historia de ambos se difuminará dentro de unos años en un calendario y en un olvido.

 

 

JOSE ANTONIO GARCIA CALVO