Luis Barreda Morán

Me Gustaría Cambiar El Mundo, Pero No Sé Qué Hacer

Me Gustaría Cambiar El Mundo, Pero No Sé Qué Hacer 

La fortuna acumulada en pocas manos crece,
mientras el hambre en muchos rostros no desaparece.
Líderes con trajes finos, promesas al viento lanzan,
pero sus actos oscuros la confianza quebrantan.
Niños sin techo abrigo buscan en la ciudad fría,
mientras otros en palacios derrochan noche y día.
La balanza inclinada, justicia parece lejos,
desahucios y miseria, un futuro de reflejos.
Me gustaría cambiar el mundo, pero no sé qué hacer,
ante muros tan altos que impiden crecer.

Explosiones ensordecen, rompen la paz del alba,
familias enteras huyen, su tierra les reclama.
Campos que fueron verdes ahora son polvo y lamento,
el odio sembrado cosecha amargo sufrimiento.
Armas que fabrican sombras donde hubo risa infantil,
un ciclo sin salida, un destino hostil.
Banderas desgarradas por vientos de rencor,
gritos que piden tregua, piden amor.
Me gustaría cambiar el mundo, pero no sé qué hacer,
cuando la rabia ciega no deja ver.

Mares llenos de veneno, cielos grises de pesar,
la tierra madre gime, no la dejamos sanar.
Bosques que eran pulmones reducidos a ceniza,
futuro que se agota sin que nadie lo atice.
Negocios escondidos, acuerdos en la sombra,
venden nuestro mañana por monedas de alfombra.
El aire se hace espeso, difícil respirar,
mientras pocos se enriquecen sin querer parar.
Me gustaría cambiar el mundo, pero no sé qué hacer,
frente a un daño tan grande que crece al amanecer.

Escuelas sin recursos, hospitales colapsados,
servicios que se esfuman, derechos vulnerados.
Esperanzas perdidas en calles sin salida,
opulencia insultante frente a una vida herida.
Voces que exigen cambios, claman equidad,
un reparto más justo, menos inhumanidad.
Que el pan llegue a todas las mesas sin temor,
que el trabajo dignifique, brinde calor.
Me gustaría cambiar el mundo, pero no sé qué hacer,
aunque sé que en la unión tal vez pueda nacer.

Si cada mano ayuda, si cada voz se alza,
plantando semillas de bondad donde hubo asfalto.
Si enfrentamos la mentira con la verdad sincera,
quizás la luz despunte en esta era.
Aunque el camino es duro y la meta lejana,
pequeños pasos firmes construyen mañana.
No rendirse es la clave, mantener la intención,
de forjar un planeta de mejor condición.
Me gustaría cambiar el mundo, pero no sé qué hacer,
así que empiezo ahora, con mi simple querer.

—Luis Barreda/LAB