LINA DOCENTE

Hasta Aquí me has traído

Estando persuadida, alma mía cansada,
que el que sembró en ti la luz, sembrada
no cesará su gloria que engrandece  
hasta el día Jesús mi señor regrese.

 

Cuando flaquea la carne, y el alma se agita
cuando el río amenaza, y el fuego grita,
gracia basta — su amor   lo dignifica  —
pues en la debilidad, Dios se glorifica.

 

¡Oh alma! ¿Por qué se turba sin razón?
Espera en Dios, su roca, su canción.
Su fidelidad es nueva cada aurora,
y su misericordia nunca se demora.

 

Cuando el agua suba, Él va contigo,
y si el fuego ruge, será su abrigo.
Nada podrá quemar lo que Él guarda,
el río arrastra la promesa que no tarda.

 

Porque a los que le aman — aun en quebranto —
todo obra para bien, todo tiene encanto.
Y aunque el alma caiga y parezca perdida,
Él es mi porción, mi fuerza, y mi vida.

Mashiachat Elohim