Que ironía, tú subes y yo sigo en la misma página,
donde pisaste cada letra sin remordimiento,
pobre lápiz de punta fina y rota,
todos caen menos la esa pluma
que desechas y haces que no valga la pena.
Y te aplauden como al héroe del papel,
sin saber que arrancaste páginas sin leer.
Yo sigo aquí, entre tachones y tinta sincera,
rehaciendo mi historia… aunque duela.
Y encuentras refugio en un cuaderno diferente,
feliz como una lombriz en su manzana,
el lápiz tan débil de marca mala,
se deja llevar por otros lápices manchados
por la misma tinta.
Se creen arte, pero solo son garabatos,
copias baratas de un trazo olvidado.
Yo fui boceto, tinta y diseño sincero,
pero a los ojos ciegos, el arte duele primero.
No cabe duda que la pluma tenía fallas,
siempre sincera y directa aunque le duela,
preferiste ser tan barata,
que sueltas la punta bailando como te da la gana.
Hoy guardo mis letras en fuego de tinta nueva,
no para que las lean… sino para que las teman.
Porque una pluma rota que aprendió a doler,
es la misma que un día sabrá renacer.
Fin.
Dvflor 🖋️