De la espléndida noche que fuimos,
de amor, dos esclavos;
en el alma, el recuerdo se encuentra
fielmente guardado.
Y fielmente guardado palpita,
de tus besos, su mágico encanto;
que me diera la gloria del mundo
con rayos fosfáticos.
Esa noche pintamos con fuego
magnífico cuadro;
empapados los dos en delirios
de fuertes orgasmos.
Y de fuertes orgasmos se hicieron
los momentos mas bellos y plácidos;
que de tu alma y de mi alma no pueden
jamás ser borrados.
Autor: Aníbal Rodríguez.