No quiero
abrir el corazón
y dejar entrever allí
mi alma,
que está un poco lacerada
por aquellos juegos
de las verdades a medias
y las continuas formas
en que los acontecimientos
reprochan
todo lo que acometo.
No estoy dejando el paso libre
a las nuevas aventuras
que mi ser está experimentando
en el abismo de unos días
que colisionan
con la realidad convencional,
que mi pecho agrieta
todas las mañanas.
Con esa consciencia
voy buscando las formas nuevas
para irrumpir las distancias
que los días improvisan
con una visión de mí.
No estoy para seguir
en el despeñadero
de los mezquinos aciertos
donde todo quiere cambiar.
Solo quiero
sacar el habla
y encontrar el ovillo de la realidad pura,
que me permitirá,
moler mi carne hasta el infinito,
como una buena manera
de expresar mi karma.