Acechan bajo lunas sin piedad,
con gatos negros, símbolos, veneno,
invocan nombres rotos por la edad,
y siembran en la mente su orfandad
como un silencio frío, oscuro y pleno.
Revuelven la ceniza del cordero,
y visten su ritual con apariencia.
Prometen un saber del mundo entero,
más beben del orgullo traicionero
y niegan eso que arde en la conciencia.
Los frágiles los siguen con los ojos
como quien ve en la sombra una salida.
ofrecen amuletos y despojos,
cargando ilusión de viejos antojos,
y les roban el alma y la medida.
No hay magia en su lenguaje dividido,
ni pacto que no sangre bajo el humo.
Tan solo un ego herido y corrompido
que enciende su reflejo en lo perdido
y ocultan lo sagrado bajo un peumo.
Mas quien vigila el alba no se ciega,
ni cambia luz por símbolo invertido.
pues la fe, aunque en silencio, siempre ruega;
y la cruz resplandece, aunque la niega
la lengua que profana lo prohibido.
JUSTO ALDÚ © Derechos reservados 2025.
*El peumo es un árbol nativo de Chile y algunas zonas de Argentina, tiene un aire mítico por su longevidad y presencia en relatos mapuches. En la cosmovisión mapuche, es un árbol sagrado y bajo su sombra, se cree que habitan espíritus protectores del bosque.