DISPLICENTE.
La vi pasar, seria, displicente,
Y yo la vi… Muy fugazmente;
En sus labios moría una sonrisa
y una perla de sudor en su frente.
Y la vi, muy a prisa,
como si no la mirara,
de otra mano sumisa,
aunque no la apretara.
En su mirar palpitaba,
un hastío muy doliente
y su corazón suplicaba,
aquel ayer, sin simiente.
Ese ayer que, cuál Lirio,
perfumó su alma y la mía,
pero que el indolente estío,
le fue calvario y martirio.
En otro hombro se apoyaba,
sintiéndolo ajeno y extraño;
Su mano, mi mano, deseaba,
Sintiendo, cuanto la extraño.
Ella me vio y también la vi,
la acerqué, a mi hoy, sin ella,
donde sin darle, le ofrecí,
la virtualidad, de una estrella.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Julio 20 del 2025.