Hoy suelto.
Me despido sin decir una palabra.
Ya no hace falta.
Me voy sin mirar atrás,
con la frente erguida,
el corazón roto,
pero sabiendo
que sanará,
que volverá a ser el mismo
cuando todo pase.
La brisa acaricia mi rostro,
seca mis lágrimas,
le da aliento a esta alma
que tanto buscaba la calma.
En este final
me encuentro a mí misma.
Me escojo.
Volveré a florecer.
Volveré a brillar.
No te culpo por ser tú.
Y no me culpo por haber amado.
Te agradezco en el silencio
por lo bueno que fue.
Pero no te necesito.
Así que me voy,
con paz.
Y con sinceridad,
te deseo lo mejor.
Avi-