Tétrica tarde
Que el tiempo se acelere en este momento
y que pase el día fugaz como las estrellas,
que sea noche iluminada de centellas,
toda ella de tormenta sin tormento.
Esta tarde es de tristeza taladrante,
y no hay quién cante una canción serena,
no está el encanto en un canto de sirena,
no hay más que pena de paso perdurante.
Esta tarde tiene un viento que envenena,
que asfixia, que cercena mi garganta;
esta tarde mi alma triste se decanta
por cantar en lenguas de tortura plena.
Que el tiempo pase raudo en este instante,
que mi sueño sea de lápida y de fosa,
que ya no sea pesadilla monstruosa,
que deje de ser un arcángel sangrante.
Es de tarde, y la soledad me crece,
es diluvio que me inunda las entrañas;
me inquieto, y los segundos son guadañas
anidándome un dolor que se engrandece.