A ver, yo tengo una teoría. Que conste que no es corroborada por la ciencia, es sólo intuitiva; empírica, venida por la observación.
En los primeros tiempos, antes de los jeroglíficos, de las pinturas rupestres, de la escritura cuneiforme, las cañas y las tablillas de barro... antes de todo eso, el hombre aprendió a hablar.
Cuando estaban allí ellos partiendo piedras, todos sentados en corrillo, para hacer herramientas y lanzas y cuchillos pasó por delante la hija del jefe, con sus pieles de leopardo, abalorios de conchas y corales, con sus encantos encarnados en el meneo, sus maquillajes y coloretes, uno de ellos, el menos temeroso, el más atrevido, vocalizó: BOM BOM.
Y el resto repitieron a coro: Bombón, Bombón, bombón…
Luego, vino todo lo demás.