… te estrecho en la noche purísima
y sola,
purísima y sola como racimo de gotas de luz,
quemándose en mi vida;
… centelleando en mi pecho,
eres como libélula virgen que vertió el rocío,
y en rocío te observo temblando, tiernísima amante,
hoja de perejil, de vid y de olivo.
¡¡¡ … madre, hija mía,
son tus brazos de la flor de nieve que el cerezo engendrara
… !!!
… y no, no, no es embriaguez de ti, sino alimento,
no es emoción desbordante en que cumpla el fuego y nos destruya, no,
tú has venido como éxtasis del alba a inundar mis cuerpos y esplenderlos,
donde el tiempo los colma, afirma y engrandece;
… abrazada en mi corazón,
la estructura del tiempo es tu vida y la mía.
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Antonio Justel/Orión de Panthoseas
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