Más allá de los límites del tiempo
y una vez traspasada la frontera
del pasado y presente de lo nuestro,
me pregunto ¿y ahora qué nos queda?
Una fecha clavada en la memoria,
una muesca en el tronco de un manzano,
unas risas en brazos de la euforia,
una llama en el fondo de un pantano,
las mitades de fotos de un crucero,
el sonido de las palabras rotas
cuando aún nos deciamos te quiero,
aquel video en que salen dos idiotas,
un orgasmo oxidado en el trastero,
una guerra civil y dos derrotas.