Barco de Tinta

Al final del jardín

Admito quererte,
una frase que he dicho poco,
quizás por eso lo dije
con el corazón a mil,
con la mirada perdida entre dudas
y el miedo que reverbera
en los pedazos de un corazón
ya roto hace mucho.

Admito contemplarte,
en palabras que guardaron mi silencio
y redacté en formas reducidas,
entregadas con ojos cerrados,
esperando que el mundo no se cayera
otra vez.
Así mirarte y creer
que sigues ahí.

Admito...
que aprendí a no pensarte
en los silencios del día.
He dejado de intentar,
porque en ese verso 
llegué al final del jardín floral.
Y en ese gesto 
me devuelvo un poco a mí.

Y...
sé que no eras mía,
ni de nadie,
más que de ti
y de las costumbres,
los valores,
personas y amores
a los que sí decidiste entregarte.

Eres alguien libre que contagia
de alegría formas concretas.
Soy alguien que crece raíces
en sueños e ideas ficticias.
Eso creo.
Bonito sueño.