ENRIQUE HORNA

HUMANO

Hay un dominio que
revolotea los aires
del universo, preguntando
al humano el sentido de la noche
y del día, que con sus rutinas
nos acostumbra a una norma
que llamamos costumbre.
 
Hay entre los humanos
unas barreras irreconciliables
un afán de diferencia
que no es más allá
que el prejuicio del color.
 
Hay entre nosotros
una blancura aclamada
pecadora como todos los colores
sedienta del beso aventurero
y de la noche desenfrenada.
 
Hay en la oscuridad una mano
sosteniendo un deseo oculto
de amar y ser amado
unas ganas de abrigar
y una soledad que calmar.
 
Hay entre el perfil
de los humanos
un inmenso dolor
por lo que no es suyo
y un firmamento de angustia
que oprime y duele
pero hay un no sé que
de seguir viviendo.
 
EH