TE AMO AUNQUE DUELAS
Perú, mi patria de alma dolida,
de montes eternos, de mar que da vida,
te llevo en el pecho como una canción
que arde en la sangre, sin explicación.
Te amo en tus ríos, en tu cielo andino,
en la piedra antigua, en todo el camino.
Te amo en el quechua, en voz de un anciano,
en el niño que sueña pan en la mano.
Estoy orgulloso de ser de tu suelo,
del barro sagrado, del polvo del cielo,
de héroes silentes, del pueblo que espera
que amanezca un día justicia sincera.
Pero cómo duele, Perú, lo que pasa,
cómo negocian tu alma y tu casa.
No es oro lo que buscan en tus entrañas,
es billete lo que pesa... y te daña.
Sacan el metal, revientan tu pecho,
como si el valor no fuera un derecho.
Te parten en lotes, te firman papeles,
y sangras callada entre manos crueles.
Lo llaman progreso, disfrazan el daño,
pero es despojo. Yo no me engaño.
No es negocio, es traición lo que hacen,
te venden la vida... y con eso se satisfacen.
Dios sabrá cuánto aún nos pertenece,
cuánta historia en tus montes permanece.
Y aunque a veces, lo admito, me cansa,
sigo creyendo, aunque ya sin confianza.
Y mientras quede un peruano despierto,
aunque todo parezca incierto,
tendrás quien te alce, quien te defienda,
aunque tiemble la voz... y el alma no entienda.
© Corazón Bardo