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No puedo ver el futuro
ni un devenir de la vida,
mas le miro consentida
y todo resulta oscuro.
Y me apuro, bien me apuro,
siempre en pregunta cansada,
si habrá luz o si habrá espada
que quite del mundo el velo,
y al preguntar a este cielo,
nunca me responde nada.
Triste es ver este presente
con gran pesar y lamento
donde el amor no es sustento
para un mundo tan demente.
Mas me apuro y busco el puente
de una visión muy calmada
que dirija la mirada
hacia un mundo paralelo,
y al preguntar a este cielo
nunca me responde nada.
Y siguiendo en el futuro,
¿quedarán prados abiertos
para los sueños despiertos
de ilusiones sin un muro?
Yo pregunto hasta en conjuro
con ansiedad agitada,
con esa duda dudada
de mirar hacia un estrado,
pero ese espacio azulado
nunca me responde nada.
A lo mejor si respondes
y soy yo la que no entiende,
porque no encuentro tu duende,
ni sé en qué lugar lo escondes.
En ese juego del dónde
yo puedo seguir buscando,
mas sin saber sobre el cuándo
y no resulta sorpresa
que la ansiedad siempre pesa
en un corazón tan blando.
Poco existe, poco queda
de aquella miel protectora
pues ya aguada, solo llora
por su antigua rosaleda.
No cansaré en pedir sedas
que dejen bien arropada
a la belleza creada
sobre esta tierra, su suelo..
Seguiré mirando al cielo
aunque no responda nada.
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Jhetsefany