Hernán Mejía Silva

ASTROS

¡Brillaba!, y lo hacía tan fuerte,

que la luna se reflejaba,

era alguna hora perdida en el día,

la belleza por la belleza…

 

Soñaba, y lo hacía tan decidida,

que al sol por fin tocaba con sus manos,

órbitas lejanas que se habían eclipsado,

sin la arrogancia del amor mundano.

 

Se fueron, se olvidaron,

juntos y por separado,

siendo algo inesperado…

una ausencia inexistente.