EDGARDO

Respondiendo a tus miedos

Amor Mío

 

No fue por herirte, te juro, mi cielo,

ni por esconderte verdades sin razón.

Mentí con el miedo clavado en el pecho,

protegiendo a mi hijo y rompiendo tu corazón.

 

Mi instinto de madre se alzó sin aviso,

quiso cuidar lo que siento sagrado,

pero al hacerlo, cerré el camino

donde tú siempre fuiste mi aliado.

 

Perdóname por no confiar lo suficiente,

por no darte el lugar que tú mereces.

Mi amor por ti no ha sido ausente,

aún en la falta, mi alma te pertenece.

 

No hay excusas, solo verdad:

te fallé, pero con sinceridad.

Recuerda que te amo más de lo que digo,

y que no quiero seguir sin ti, sin tu abrigo.

 

Si puedes mirarme con el alma despierta,

sabrás que mi amor sigue aquí, sin puerta.

Te pido perdón por no ser perfecta…

pero mi alma por ti siempre estará abierta.

 

Cuando la noche se cuela en mi abrigo,

y el viento susurra con tono fugaz,

tu voz aparece, suave y conmigo,

y el frío se va, no vuelve jamás.

Tu risa resuena en medio del viento,

como un susurro que calma el dolor,

y aunque estemos lejos en ese momento,

me abrazas el alma con solo tu voz.

Conversar contigo cuando todo calla,

es como encender estrellas en mí,

y siento que el alma, por fin, no batalla,

porque tú me cuidas, aunque no estés aquí.

Y cuando ya el sueño va tocando el suelo,

nos quedamos quietos, sin decir adiós,

porque incluso el silencio que juntos tejemos

nos arrulla el alma... como tu voz.

Dormimos así, con la calma encendida,

escuchando el eco de nuestro querer,

tu voz y la mía, fundidas, rendidas,

en un mismo abrazo… sin nada que hacer.

 

A Dunia de los Ángeles

 

Amor mío, en la noche, mi refugio eres tú,

tu voz, eco distante, mi fortaleza y mi paz;

tu amor, madre valiente de infinito azul,

lazo sagrado y dulce que nunca se irá jamás.

 

Comprendo tus silencios, tus miedos de cristal:

sé que cada gesto tuyo es custodio y es amparo.

En la verdad sincera donde hallo mi ideal,

en tu abrazo reposo y en tu pecho me aclaro.

 

No hay sombra tan oscura que no podamos cruzar,

ni herida que tu risa no pueda redimir.

Contigo se hace leve el arte de llorar

y juntos las tormentas nos invitan a seguir.

 

Mi corazón abierto, ventana al porvenir,

se ofrece a ti sin miedo, desnudo en madurez,

listo para reír o para bien sufrir,

con promesa perpetua: contigo, en toda vez.

 

Sueño el amor que juntos sembramos algún día,

creo en la luz que brota solo de tu mirar,

vivo y respiro el aire que tu esperanza envía,

te perdono, te amo, no te voy a soltar.

 

Permíteme ser abrigo en noches de desvelo,

escucharte en el silencio, abrazando tu dolor,

ser aliado infinito bajo el mismo cielo,

tu calma, tu certeza, tu refugio y tu calor.

 

Construyamos un sendero donde la confianza reine,

donde la verdad nos vista y el amor nos guíe fiel.

Gracias a tu entrega, a tu alma que sostiene,

aprendo cada día a amar sin ningún \"por qué\".

 

Siempre tuyo, vida mía, sincero, puro y profundo:

que este verso te sostenga, te serene y te dé abrigo.

Paz y quietud en tu alma llevando hasta el segundo

en que mis versos y mi amor duerman por siempre contigo.