1234…
Perdí la cuenta.
Esperando.
Siendo paciente.
Tolerando.
He allí mi error.
Y ahora, con la cuenta perdida,
me perdí a mí.
Ya no quedan más intentos,
solo un vacío infinito
en algo que no tiene—
o tal vez nunca tuvo—
futuro.
Pero seguí.
“Se perseverante”, decían.
¿Y cómo se sostiene algo
que necesita el equilibrio
de ambas puntas?
No es fácil amar.
No es fácil comprender,
aunque duela.
No es fácil irse…
pero no lo hace imposible.
Sí, hay más opciones.
Sí, valgo mucho.
Sí, no puedo permitir
que esto siga así.
Pero el amor…
El amor puede cegarte tanto,
que te pierdes en la niebla
hasta que se vuelve humo.
Humo que invade tus pulmones,
que no te deja respirar.
Sobrevives.
Te acostumbras.
Pero eso no es vida.
Y es sencillo, ¿sabes?
“Solo debes salir de la niebla”,
dicen, sin titubear,
sin entender que todos somos distintos,
que a veces es más fácil ahogarse en el humo
que aprender a respirar de nuevo sin él.
Avi-