Un ambar violeta
Un azul deseo
La muerte tan nuestra
Entre tus cabellos
Una noche incierta
Un perder el juego
Un sentir la condena
Y ese fuego ajeno
Una puerta desierta
Un inutil placebo
Las guindas que se esparcen
Y ruedan por el suelo
Un alma que sujeta
El precio de un duelo
Que amanece siniestra
En remos del recreo
Lo dulce que intentas
Los ojos en celo
Cortar las cadenas
Y levantar vuelo
Que ya no te mienta
Ese río quieto
Entre luces muertas
Y la piel en silencio
Asteroides que se inmolan
El sabor de lo incierto
Como esfinges en las rocas
Y un flagelo
En el intento