(poema de cumpleaños)
Hoy no cumplo años,
hoy regreso.
Me espera en la esquina
el niño que fui,
con la frente manchada de barro
y el corazón encendido
como un fósforo breve.
No he venido a sumar cifras,
vine a cerrar un círculo.
El tiempo no es una cuerda que se tensa:
es una espiral que regresa
a donde alguna vez soñé.
Fui muchos:
el que creyó en dioses equivocados,
el que amó sin quedarse,
el que quiso morir por no escribir.
Y sin embargo, aquí estoy,
con la pluma ardiendo en la mano,
diciéndome:
sí, soy poeta.
No por desgracia,
sino por designio.
Y tal vez esta vez,
el poema me salve.