Juan Sebastian Mena

Tus ojos

Cuando no puedo mirar el cielo miro tus ojos

Dos luceros, dos panes, dos tierras, con el aroma de tu sangre y de tu cuerpo.

Tus ojos, se van agigantando a pasos desmedidos a medida que van posándose en mi rostro, hasta estallar su alegría en un beso tembloroso 

Tus ojos, ay de tus ojos donde se cierren por mi, donde lloren por mi, esos ojos donde aterrizan mis labios sedientos del mar, de tus dos pupilas menguantes.

Esos ojos lacerantes que hacen daño, que son navajas con alfileres de varios tamaños, que penetran en mi alma, ay benditos ojos tacaños.

Tú, orgullosa y sedienta, ven a dormir con el calor de mi cuerpo, mientras tus ojos se cierran en mi sueño.